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Mostrando entradas de agosto, 2013

The Moon is a Harsh Mistress: la política de Selene

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Muy a menudo la naturaleza subjetiva y aleatoria de nuestros gustos es revelada por ciertos autores, que pasan a ocupar posiciones elevadísimas en nuestros panteones personales por mor de un solo libro. Durante mucho tiempo Robert A. Heinlein fue para mí uno de esos one-hit wonders , un escritor de cuya obra era un casi absoluto desconocedor aunque no me cansara de repetir que Forastero en tierra extraña era una de las mejores novelas que había leído nunca. Este libro causó tal impresión en mí que, años después, fui capaz de perdonar a Heinlein el carácter panfletario y políticamente cuestionable de Starship Troopers para leer otro más de sus escritos considerados esenciales. Así es como cayó en mis manos The Moon Is a Harsh Mistress , una novela de ciencia ficción rebosante de un contenido político no tan sospechoso pero igualmente controvertido. Reducido a sus elementos esenciales, el argumento narra los esfuerzos de los colonos de la Luna por sacudirse el yugo terrestre, cuya

Metaliteratura

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Los libros que a su vez hablan de otros libros —reales o imaginarios— me han fascinado desde siempre. El club Dumas de Arturo Pérez-Reverte es el primer ejemplo que se me ocurre pero el mayor cultivador de esta variedad literaria probablemente sea Umberto Eco: dejando a un lado la importancia del elemento libresco en El péndulo de Foucault , tanto en El nombre de la rosa como en El cementerio de Praga los protagonistas son, de algún modo, los libros que vertebran sus respectivas tramas. Y aunque los ensayos sobre literatura constituyen categoría aparte, de tanto en tanto me gusta acercarme a la lectura sobre libros o sobre el propio acto de leer desde un contexto de no ficción. No consigo recordar dónde me topé con ella pero pocas veces una reseña ha conseguido interesarme tanto en un libro como en el caso de Cómo hablar de los libros que no se han leído , del escritor francés Pierre Bayard. Más allá de un título con resonancias de manual de autoayuda y algunas secciones que a

Savages: con zapatos rojos

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La resurrección del post-punk que se produjo a comienzos de este siglo finalmente ha terminado por quedar en poca cosa, agotadas las formulas de las bandas en su momento señaladas como punteras. Interpol yace en barbecho tras un mediocre álbum homónimo mientras que Ritual de White Lies fue recibido de manera más bien tibia. Por su parte, Editors dan tumbos entre devaneos electrónicos y pop rock de estadio, haciendo gala de una indefinición que parece más propia de Bloc Party, un grupo que a veces se menciona junto a los anteriores por motivos que me son ajenos. En este contexto está apareciendo una nueva ola de grupos cuya aproximación al post-punk es mucho más radical y hasta fundamentalista, sin aparentes intenciones de poner al día las propuestas ni sonar de manera muy diferente a las bandas de treinta años atrás. Directos y primitivos, su crudeza los asemeja aún más a los grupos punk que inspiraron a sus ídolos, al tiempo que los dota de una oscuridad primordial y casi gótica