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Mostrando entradas de febrero, 2014

Música Moderna: pero qué público más tonto tengo

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Los libros de bolsillo de precio excesivo suelen inspirarme algo de rechazo aunque demasiado a menudo termino haciendo excepciones. Algún chasco reciente ha hecho que ejercite algo de cautela pero no suele importarme adquirir libros publicados por editoriales pequeñas, en tiradas muy reducidas y con mucho amor invertido en su edición. Música moderna ha sido la última de estas excepciones, tras haber sido reeditado por Libros Walden y La Fonoteca más de treinta años después de su aparición. Este librito de poco más de cien páginas pretende ser una recapitulación de lo que fue la llamada movida madrileña , con la particularidad de haber sido escrito en los albores de aquel periodo por uno de sus protagonistas más relevantes: Fernando Márquez alias «El Zurdo», conocido por su participación en grupos como Kaka de Luxe o La Mode. Música moderna es definido en su propio subtítulo como una «historia de la nueva ola en España», aunque sólo lo sea en cierta manera. Más que de una escena

Tau Zero: viaje con nosotros

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Hace ya algún tiempo que me considero un ávido lector de ciencia ficción, aunque mis intereses estén muy acotados temporal y temáticamente. No leo demasiadas obras contemporáneas y las décadas de los cincuenta y los sesenta del siglo pasado son el objetivo más frecuente de mis incursiones en el género. Así mismo, la división tradicional de la ciencia ficción en dura y blanda me causa pocos dilemas y antes que leer palabrería más o menos científica suelo preferir las reflexiones de carácter político y social que ofrece la ciencia ficción más blanda: no es casual que Ursula K. Le Guin sea una de mis autoras más queridas desde que mi profesor de Políticas Públicas —vaya asignatura árida— recomendara la lectura de La mano izquierda de la oscuridad . Por el contrario suelo hallar menos atractivo en la ciencia ficción dura y generalmente cultivo su lectura de manera casual, llevado por el capricho de conocer algún escritor de los considerados «imprescindibles». Eso es lo que me llevó a

Alan Wake: la poesía del miedo

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El terror como género de ficción me ha fascinado desde siempre, sin importar demasiado el medio donde lo encontrara: cine, literatura y hasta videojuegos. Ya he mencionado en alguna ocasión cómo Alone in the Dark fue el primero de estos que llegó a mis manos, añadiendo a su no tan terrorífico atractivo el encanto que lo lovecraftiano tenía para mí en aquella época de infinitas partidas a La llamada de Cthulhu . El mucho más reciente Alan Wake bebe de parecidas fuentes, aunque en este caso Stephen King sea una influencia más reconocible que el caballero de Providence. En Alan Wake encontraremos la historia de un escritor que verá como unas apacibles vacaciones con su esposa se convierten en el proverbial descenso al horror, una premisa sencilla que dará paso a generosas cantidades de terror psicológico con notas de survival horror . Sin embargo, Alan Wake no es ajeno al viraje hacia la acción que han experimentado un gran número de títulos recientes, evidenciado en detalles com