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Mostrando entradas de marzo, 2013

Wreck-It Ralph: Videojuegos S.A.

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No suelo ver demasiadas películas de animación y tiendo a aproximarme a ellas con no poca cautela. Generalmente me limito a cintas basadas en material con el que estoy familiarizado ( Coraline , James y el melocotón gigante ) o cuya temática encuentro llamativa ( La novia cadáver , Pesadilla antes de Navidad ). De este modo confío en protegerme de los argumentos banales que se prodigan en este tipo de cine, amparados en la pobre y no del todo cierta excusa de estar dirigido a un público primariamente infantil. Pero la peor historia que es posible hallar en estas producciones es aquella que además de estar repleta de clichés contiene elementos ideológicos de carácter conservador o, peor aún, neoliberal. La premisa inicial de Wreck-It Ralph llamó mi atención porque muy rara vez los videojuegos son presentados como un producto cultural legitimo y capaz de generar un discurso válido. Pero más allá de ser una historia mil veces vista a la que la nostalgia le presta buena parte de su e

Estrella roja: El verano del cohete

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Marte es un motivo clásico en la ciencia ficción y muchas obras que cuento entre mis favoritas tienen al planeta vecino como pieza central o al menos como uno de sus escenarios: desde Forastero en tierra extraña hasta Crónicas marcianas , pasando por la ambiciosa trilogía de Kim Stanley Robinson o incluso Waking Mars , el encantador videojuego al que he dedicado varios ratos perdidos durante las últimas semanas. Teniendo todo esto en cuenta no me extrañó sentirme interesado por un diminuto volumen titulado Estrella roja , que parecía un poco fuera de lugar en la sección de ciencia ficción de aquella tienda. A pesar de ser prácticamente coetánea de La guerra de los mundos , Estrella roja tiene pocos puntos en común con la obra de Wells. En lugar de ser una historia de corte casi apocalíptico en el que la humanidad se enfrenta a su extinción se trata de un relato utópico en el que Alexander Bogdánov describe cómo la organización de la sociedad marciana sigue nada menos que los pri

La cueva del tiempo

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Los juegos de rol han atravesado un ciclo vital extraordinariamente acelerado y de ser algo destinado a los más frikis del lugar pasaron a gozar de cierta popularidad antes de regresar a su semioscuridad original, todo ello en un periodo de tiempo que a posteriori se antoja brevísimo. Pero a pesar de un evidente declive estos juegos han dejado no poco poso en el acervo popular y ya no suele ser necesario explicar su mecánica recurriendo, por ejemplo, a analogías con aquellos libros de la colección Elige tu propia aventura (que sufren sus propios problemas para ser recordados) o a comparaciones con cualquiera de esos videojuegos que se autodefinen como de rol a pesar de adolecer de argumentos lineales. Pero éstas no son las únicas huellas de los juegos de rol que podemos rastrear hasta la actualidad. No puedo evitar sentir cierta pesadumbre al hablar de Puntos de experiencia , cómic con dibujo de Pere Mejan sobre guión de Josep Busquet. Comencé a leer este tebeo con una ilusión qu