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Mostrando entradas de junio, 2013

Siouxsie and the Banshees: la casa de los sueños

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Una de las secciones más predecibles en las entrevistas a músicos es la relativa a sus influencias. Generalmente reacios a encasillarse, los miembros de los grupos a menudo mencionan únicamente referencias esperables por lo evidente o aquellas que consideran apropiadas o merecedoras de respeto. Y así, los artistas reivindicados tienden a ser los mismos una y otra vez, con los legados de David Bowie, The Cure o Joy Division hallándose entre los más impertinentemente manoseados. Muy diferente es la posición de Siouxsie and the Banshees, un grupo al que no se alude tan a menudo a pesar de haber dejado una impronta que aún hoy es posible encontrar en el sonido de no pocas bandas. El afectado estilo vocal de Siouxsie Sioux ha creado escuela pero no menos inspiradoras han sido las imaginativas líneas de bajo de Steven Severin, dotadas de un sonido que hallaría eco en los propios The Cure. Severin ocupa un lugar destacado en mi particular Olimpo de los bajistas, hasta el punto de siempre

Viaje de estudios

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Durante las últimas semanas he pasado un puñado de horas trasteando con una melódica, ese híbrido de flauta y armónica que casi nadie considera un instrumento serio pero que de tanto en tanto se ve en manos de músicos consagrados. No creo necesario decir que cualquier tipo de aprendizaje es naturalmente enriquecedor pero encuentro especialmente saludable la inevitable dosis de humildad que recibimos al seguir considerándonos meros estudiantes. Pero mientras intento adquirir algo que pueda pasar por soltura con este instrumento no puedo dejar de pensar, una vez más, en esos profundos abismos sonoros que nos separan de otros países vecinos. La música pop probablemente sea una de las principales señas de identidad cultural del Reino Unido y, como tal, no sólo goza de gran presencia mediática sino de un reconocimiento y apoyo institucional con los que aquí sólo cabe soñar. La guitarra acústica forma parte de la cesta de la compra empleada para calcular el IPC británico —no en vano uno

Black Mirror: crimentales

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En los últimos tiempos abundan las opiniones que defienden la superioridad de las series de televisión frente a un cine que muchos creen en horas bajas, víctima de una autofagotización impulsada por los grandes estudios. Los argumentos esgrimidos suelen incidir en el gran número de guiones originales existentes en las primeras frente al aluvión de remakes que asfixia al segundo; o al nivel de desarrollo del que llegan a gozar los personajes al no estar sometidos al estricto límite temporal de un largometraje. En todo caso argumento y personajes parecen ser los únicos elementos que se tienen en cuenta y hay quien, de manera harto simplista, llega a distinguir entre series "de trama" y series "de personajes". Pero Black Mirror no tiene cabida en esta tipología tan reduccionista ya que su núcleo y razón de ser no son ni las historias que narra ni los personajes que la pueblan, sino los temas tratados. Esta serie británica es, entre otras cosas, una reflexión sobr