Predestination: soy mi propio abuelo
Los viajes en el tiempo son un elemento tan recurrente dentro de la ciencia ficción que he de hablar de ellos una vez más. He de confesar que, si bien prefiero las historias basadas en bucles cerrados, encuentro desconcertantes en exceso aquellas películas que, como Primer, requieren de múltiples visionados, la elaboración de un croquis y una extrema capacidad de atención al detalle para llegar a entender qué es lo que está ocurriendo en pantalla. En el extremo opuesto se encuentran las obras al estilo de Los cronocrímenes, más amables y absolutamente comprensibles sin renunciar a una cierta naturaleza de juego intelectual. Una de las últimas películas de este segundo tipo que he tenido la ocasión de ver es la adaptación del relato All You Zombies, de Robert A. Heinlein, aunque en su versión cinematográfica ha sido rebautizada como Predestination. Se alude así a la llamada paradoja de la predestinación: el viaje al pasado de un personaje terminará revelándose como la causa que motivará dicho viaje en el futuro.
Es difícil decir mucho más acerca de Predestination sin destripar un argumento que, a pesar de no ser especialmente enmarañado, sí nos obligará a hacer algún que otro esfuerzo de suspensión de incredulidad. Sin embargo, el principal defecto de la película es de índole narrativa, con su primera parte consistiendo en una larguísima conversación entre sus dos protagonistas, durante la cual relatarán el planteamiento de la historia a través de diversos flashbacks. Además de resultar digna de Christopher Nolan, tal sobredosis expositiva hace que el despegue argumental se demore durante tres cuartos de hora. Superado este escollo, la cinta se redime en buena medida pero la mencionada tardanza en alcanzar el segundo acto la lastra de manera irremediable. No obstante, Predestination es muy disfrutable si nos enfrentamos a ella con un poco de paciencia y buena voluntad, aunque necesitaríamos mucho más que esto para llegar a considerarla un clásico.
Es difícil decir mucho más acerca de Predestination sin destripar un argumento que, a pesar de no ser especialmente enmarañado, sí nos obligará a hacer algún que otro esfuerzo de suspensión de incredulidad. Sin embargo, el principal defecto de la película es de índole narrativa, con su primera parte consistiendo en una larguísima conversación entre sus dos protagonistas, durante la cual relatarán el planteamiento de la historia a través de diversos flashbacks. Además de resultar digna de Christopher Nolan, tal sobredosis expositiva hace que el despegue argumental se demore durante tres cuartos de hora. Superado este escollo, la cinta se redime en buena medida pero la mencionada tardanza en alcanzar el segundo acto la lastra de manera irremediable. No obstante, Predestination es muy disfrutable si nos enfrentamos a ella con un poco de paciencia y buena voluntad, aunque necesitaríamos mucho más que esto para llegar a considerarla un clásico.
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