Cayendo hacia arriba
No creo que sea posible entender la producción musical reciente de nuestro país sin tener en cuenta a Los Planetas, un grupo que proyecta su alargadísima sombra sobre ese no tan heterogéneo conjunto de escenas al que solemos referirnos como indie. La influencia de Los Planetas trasciende barreras estilísticas y generacionales, siendo posible encontrar huellas de la misma en lugares insospechados; aunque mis referencias preferidas sean las de índole más bien metamusical. Por ejemplo, en «Mi estrategia vital» escuchamos a unos jóvenes Grushenka ironizar sobre como «esto no lo arregla [...] ni san J de Los Planetas», mientras que el más veterano Luis Brea se refiere en «Baso es con "v"» a «esa puta canción de Los Planetas», justo antes de que la batería arranque con el ritmo de «Segundo premio».
Mi propio interés por esta banda siempre ha sido más bien tibio y centrado en sus primeros álbumes, además del recopilatorio de singles y caras B titulado Canciones para una orquesta química. Por supuesto, tampoco he podido dejar de tomar partido en el polarizador debate generado por la inclusión de elementos de carácter flamenco en sus últimos trabajos. El último capítulo de esta división entre sus seguidores ha sido originado por el single publicado de manera conjunta con Yung Beef, miembro del grupo de trap Los Santos y que anteriormente fuera conocido como Pxxr Gvng. Sin embargo, se ha hablado tanto y tan bien de «Islamabad» que, en comparación, «Ready pa morir» (sic) ha terminado por pasar casi inadvertida, algo que no lamento especialmente.
Pero las últimas noticias protagonizadas por Los Planetas han llamado mi atención por otros motivos. El empleo del término «gira» para referirse a los cuatro conciertos que el grupo ofrecerá en los meses próximos se me antoja un tanto excesivo. Y aún más peculiar es que haya sido considerado necesario especificar que esta se tratará de una gira «por salas». Que las giras a la antigua usanza hayan llegado a ser rareza sirve para dar una idea del grado de secuestro de la música en directo llevado a cabo por los festivales, aunque esta no sea una de las cosas de las que Los Planetas son culpables.
Mi propio interés por esta banda siempre ha sido más bien tibio y centrado en sus primeros álbumes, además del recopilatorio de singles y caras B titulado Canciones para una orquesta química. Por supuesto, tampoco he podido dejar de tomar partido en el polarizador debate generado por la inclusión de elementos de carácter flamenco en sus últimos trabajos. El último capítulo de esta división entre sus seguidores ha sido originado por el single publicado de manera conjunta con Yung Beef, miembro del grupo de trap Los Santos y que anteriormente fuera conocido como Pxxr Gvng. Sin embargo, se ha hablado tanto y tan bien de «Islamabad» que, en comparación, «Ready pa morir» (sic) ha terminado por pasar casi inadvertida, algo que no lamento especialmente.
Pero las últimas noticias protagonizadas por Los Planetas han llamado mi atención por otros motivos. El empleo del término «gira» para referirse a los cuatro conciertos que el grupo ofrecerá en los meses próximos se me antoja un tanto excesivo. Y aún más peculiar es que haya sido considerado necesario especificar que esta se tratará de una gira «por salas». Que las giras a la antigua usanza hayan llegado a ser rareza sirve para dar una idea del grado de secuestro de la música en directo llevado a cabo por los festivales, aunque esta no sea una de las cosas de las que Los Planetas son culpables.
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