Desperate Journalist: usando palabras largas

Ya he mencionado en alguna ocasión cómo hace años que la etiqueta post-punk murió de éxito, echado a perder su valor descriptivo por el exceso de uso. Su empleo hoy sirve para poco más que señalar unos postulados estéticos no demasiado específicos, sin realmente dar una idea de a qué sonará un grupo más allá de enfatizar su querencia por los primeros años ochenta en su variedad británica. Sin embargo, pocas categorías capturan mi atención como esta y no puedo dejar de interesarme por aquellos grupos que referencian una época que ha llegado a convertirse en mi El Dorado personal en lo que a música se refiere.

Desperate Journalist, por Josh Thornton
Mi curiosidad por los grupos listados bajo esta etiqueta me ha llevado hasta hallazgos tan interesantes como Dead Rabbits, a quienes las bondades de su repertorio ayudan a alzarse por encima de lo predecible de su sonido. Mucho más inusual es que me tope con bandas del calibre de Desperate Journalist que, sin ser precisamente una flor rara, sí cultivan sonoridades menos comunes en el panorama alternativo actual. Si bien este grupo londinense toma su nombre de una parte absurdamente oscura del anecdotario de The Cure —que yo ni siquiera conocía— hay poco de la banda de Robert Smith en su talante y, de hecho, no me atrevería a señalar otro grupo que The Smiths como sus progenitores más inmediatos. Y a pesar de este parentesco incuestionable, Desperate Journalist no se limitan a calcar las viejas fórmulas mil veces empleadas. Sus guitarras bañadas en chorus no transitan del todo por las mismas sendas que las de Johnny Marr y en ocasiones recuerdan al Bernard Butler de los mejores tiempos de Suede. Y aunque el fraseo de su cantante remite una vez más al ineludible Morrissey, su uso del vibrato me hace pensar más bien en Martin Rossiter, de los extintos Gene.

Su único álbum hasta la fecha, el homónimo Desperate Journalist, está repleto de excelentes canciones y la fecha de publicación de su segundo disco es tan inminente que me siento afortunado por haber conocido a la banda precisamente ahora: las sucesoras de «Cristina», «Remainder» o «Eulogy» no se harán esperar demasiado.

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