Exceso de maquillaje

Video Games / Blue Jeans, por Lana del Rey
Al igual que tantos aficionados a la música conocí a Lana del Rey hará unos tres años, cuando un buen número de blogs musicales comenzaban a proporcionar una cobertura inusitada a una cantante que aún no había publicado su primer álbum (olvidemos aquel debut retirado de la circulación). El debate se centraba en torno a la autenticidad de la cantante y si su fachada de artista multimedia era real o si se trataba de un producto manufacturado. El hype terminó por llegar a tales niveles que no me quedó otro remedio que escuchar el single «Video Games» para enterarme de qué iba todo aquello. La voz de contralto de la neoyorquina no terminó de cautivarme pero si algo me quedó claro fue la capacidad de páginas como Stereogum o Pitchfork de generar expectación y alimentar controversias, comparable a las hazañas de la NME en los años noventa del siglo pasado.

Habida cuenta de la capacidad de estos medios para crear opinión no puedo evitar indignarme ante el tratamiento realizado por Pitchfork de una noticia sobre la cancelación de un concierto de la mencionada Lana del Rey en Tel Aviv. No creo necesario relatar aquí lo que acontece en aquellos lares aunque la redactora de Pitchfork se limita a hablar de «tensiones» en la franja de Gaza y establece como causa de la cancelación del concierto la «disensión política» provocada por la Operación Margen Protector, descrita simplemente como la eliminación de los túneles que conectan Gaza con la frontera de Israel. Desde luego que el análisis político no es el punto fuerte de Pitchfork pero dar voz solo a una de las partes en conflicto es tendencioso y hasta irresponsable. Y sin embargo este texto no hace más que recoger una información publicada en Billboard, aunque esta última al menos habla de «hostilidades» e incluso llega a mencionar las asimétricas cifras de muertos israelíes y palestinos. Aún así, la sesgada cita sobre la Operación Margen Protector también aparece en el artículo original y no me parece excesivamente antisemita ver algo sospechoso en que Guggenheim Partners sea la propietaria del grupo editorial que publica Billboard.

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