Get Ready: el mundo en tus manos

Es posible que mi interés en New Order no haya sido constante a lo largo de los años pero nunca ha llegado a desvanecerse del todo. Quizá por ello mi curiosidad por la banda británica haya terminado extendiéndose a parientes más o menos cercanos, comenzando por sus ilustres progenitores hasta llegar a descendientes casi bastardos como Electronic, Monaco o Bad Lieutenant. Casi siempre me he dirigido a estas bandas con la intención de encontrar en ellas algo de New Order, aunque en ocasiones fuera el cansancio por la fórmula original lo que propiciara esta búsqueda.

Get Ready, por New Order
Los altibajos mencionados en mi apreciación de New Order se extienden a parte de su discografía y, así, un álbum como Technique hoy no me parece la obra cumbre de antaño sino un disco demasiado lastrado por la coyuntura temporal que lo vio nacer. Pero el álbum que más ha llegado a sorprenderme con el paso del tiempo es Get Ready. Publicado en un momento en el que había perdido la pista a la banda hasta el punto de darla por disuelta, Get Ready aparece cuando ya no esperaba nada de los de Manchester. El sonido del grupo había evolucionado desde Republic, quizá por una sobreabundancia de guitarras que desplazaban a los sintetizadores para cobrar un protagonismo casi inédito. Sin embargo, el bajo de Peter Hook —que aporta al grupo buena parte de su personalidad— continuaba desempeñando su usual rol melódico con el buen oficio de siempre.

A la postre, Get Ready ha sido una de esas raras ocasiones en las que he estado a punto de establecer una conexión emocional de parecido nivel con todas las canciones de un álbum. El single inicial Crystal me pareció una excelente canción ya desde la primera escucha pero no comenzaría a apreciar el disco en su conjunto hasta descubrir «Rock the Shack«, la pieza más guitarrera no sólo de este álbum sino de toda la discografía de New Order. Ambos temas fueron la cabeza de puente que me permitió continuar adentrándome en Get Ready, descubriendo otras canciones como «60 Miles an Hour», «Someone like You» y la muy bailable «Close Range», de la que nunca he sabido si me gusta a pesar de sus toques dance o precisamente por ellos.

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