Reserva Espiritual de Occidente: volverá a reir la primavera

La radicalización del discurso político en cualquier nivel nace demasiado a menudo de una cierta indigencia intelectual, propiciada además por una crispación que vivimos desde hace ya demasiado tiempo. Pero no por ello resulta menos desalentador ver como la ley de Godwin ha saltado de los foros de internet a la vida política española y así, la reductio ad Hitlerum se convierte en un argumento multiusos y cualquier acto puede ser rechazado porque es o se parece a «lo que hacían los nazis», fuera lo que fuera. Es notorio que, antes que descalificar al contrario, estos falaces argumentos desautorizan al que los emplea pero el resultado final siempre es la banalización de episodios tenebrosísimos de la historia, que no debieran ser sacados a relucir por motivos partidistas y políticamente triviales.

Reserva Espiritual de Occidente
De diferente naturaleza es la apropiación de símbolos relacionados con los totalitarismos con la mera finalidad de escandalizar. Se trata de una práctica con larga tradición en la escena musical, con ejemplos que podrían ir desde la esvástica lucida por Sid Vicious en su camiseta hasta la versión de Primavera llevada a cabo por el grupo madrileño Reserva Espiritual de Occidente. Primavera se trata de un un himno de la División Azul —a su vez una versión de la conocida Katyusha— y su puesta al día ha generado no pocas reacciones de rechazo. La canción forma parte del primer álbum de la banda, titulado La noche blanca e inspirado en buena medida por la senda estética abierta por Death in June y otros grupos del llamado neofolk, cortejando la ambigüedad política sin demasiados ambages y cultivando unas atmósferas marciales y una imaginería pseudofascista que sin embargo no parecen ir más allá de una clara voluntad de provocación más o menos gratuita, sin ningún ánimo reivindicativo. Entonces, ¿a qué tanto revuelo? No es la música de ningún grupo lo que debiera producir repelús sino hechos como el homenaje a la Hermandad de Combatientes de la División Azul llevado a cabo hace un par de semanas en Barcelona. Este acto tampoco pasa del plano de lo simbólico aunque su carácter explícito de homenaje procedente de las instituciones del estado causa pavor.

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