Iain Banks: Problema fuera de contexto

Encuentro irónico ese afán que a veces mostramos por interpretar una recomendación desinteresada en sentido opuesto al original, en función de los gustos o intereses de la persona de la que proceda. Así podemos considerar el panegírico de una película como una advertencia para no verla jamás, o a la inversa, concluyendo que si a alguien no le ha gustado cierta novela es posible que nosotros sí la encontremos interesante. En todo caso se trata de un juego arriesgado, en el que hay que ser buen conocedor tanto de los gustos ajenos como de los propios y en el que nada nos garantiza el hallazgo del proverbial diamante en el fango.

Excession, por Iain M. Banks
Pero en algunas ocasiones sí es posible alcanzar el éxito a través de esta psicología de andar por casa y me gusta poner como ejemplo de ello la forma en que finalmente descubrí a Iain Banks. Todo comenzó con Nick Hornby, un tipo que suele caerme bien y cuya obra rara vez me ha defraudado. Sin embargo, en un artículo escrito hace unos años reveló unas ínfulas intelectualoides de la peor especie al relatar la vergüenza sentida mientras adquiría Excession, una novela de ciencia ficción de Iain Banks que lucía una nave espacial en la portada. Esto, dicho por alguien capaz de escribir ensayos autobiográficos sobre su pasión por el fútbol, me hace pensar que quizá en su niñez el bueno de Nick era uno de esos pequeños matones que se desvivían por "normalizar" a los niños raros de su clase. Pero al menos Hornby tuvo la sinceridad suficiente para terminar aquella reseña reconociendo haber aparcado Excession tras apenas doce páginas porque no entendía nada: no es que le pareciera deleznable, simplemente no creía que la ciencia ficción fuera para él.

Estas confesiones de Hornby fueron lo que finalmente forzó mi encuentro con la obra de un Iain Banks cuyos libros llevaba años viendo en tiendas especializadas (aunque no sea un autor popular en este país). Además de ciencia ficción Banks escribe ficción a secas pero es a su primera faceta donde me encaminé en primer lugar, concretamente al ciclo conocido como la Cultura. Se trata ésta de una serie atípica, formada por novelas que pueden leerse en cualquier orden y que son claros exponentes de space opera antes que obras de ciencia ficción "de verdad", lo que las dota de una innegable vocación de entretener. Quizá la mencionada Excession no sea la más apasionante de ellas a pesar de su excelente planteamiento pero tanto Consider Phlebas como The Player of Games son dos pequeñas obras maestras del subgénero y dos de los libros más adictivos con que jamás me he topado. La obra de Banks resulta especialmente refrescante por un optimismo rara vez presente en la ciencia ficción actual, generalmente conservadora en su incapacidad de imaginar mundos mejores que éste.

Iain Banks
Aún no he profundizado tanto como quisiera en la obra de Banks y además de continuar con su Cultura me gustaría echar un vistazo a alguna de sus obras de ficción convencional. Pero a pesar de ser un escritor que apenas he comenzado a conocer he sentido una enorme desazón al leer hace unos días que padece cáncer y que su próximo libro será también el último. Cuando Terry Pratchett hizo pública su enfermedad de Alzheimer o Ray Bradbury falleció sentí algo parecido, quizá agudizado por tratarse de autores que me han acompañado durante toda mi vida lectora y que han modelado mis gustos incluso más de lo que sospecho. Pero aunque ese no es el caso de Banks me alegro de haber conocido sus libros y espero que se le siga leyendo durante mucho tiempo.

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