Hirsutismo ilustrado

Es posible que de no ser por Alan Moore nunca hubiera llegado a tomarme los cómics del todo en serio, con mis primeros tebeos limitándose a los clásicos del humor que todos conocemos además de algún que otro raído tomo de Marvel (de los editados aquí por Vértice). Pero la lectura de Watchmen supuso casi una epifanía y ése fue el primer cómic que consiguió hacerse con un hueco entre mis libros "de verdad", sellando así el fin del apartheid en mis estanterías. Con el paso de los años he ido realizando incursiones cada vez más audaces en el campo de los cómics, evitando celosamente a los superhéroes pero desdeñando poco más y llegando a apreciar a Daniel Clowes tanto como a Joe Sacco. Pero muy a menudo he terminado por regresar a la obra de Moore, reconociendo entre sus vástagos algunas de sus señas de identidad predilectas a pesar de lo diverso de su temática. Por supuesto tengo mis favoritos y así, V for Vendetta me parece un libro excepcional y vigente hasta el punto de no dejar entrever su edad... mientras que calificar Lost Girls de obra menor me parece demasiado generoso para un libro que se conforma con retratar las obsesiones juveniles de un hombre ya maduro.

Más estimulante ha sido la lectura de Neonomicon, tebeo al que me aproximé con cierto recelo inicial tras haber leído alguna reseña menos que cálida pero, qué demonios, Alan Moore asumiendo el manto del sumo sacerdote Ech-Pi-El era algo demasiado sugerente para pasarlo por alto. En efecto, la obra no decepciona y aunque Moore hable con su voz en lugar de impostar un tono lovecraftiano los temas tratados son los característicos del caballero de Providence. Y sin embargo Neonomicon es una obra problemática en más de un sentido. El elevadísimo número de referencias a Lovecraft y otros escritores de su círculo pronto deja de ser un guiño a los aficionados para convertirse en una distracción que dificulta la inmersión en la lectura, lastrando el tempo de la narración de manera aún más acentuada que en The League of Extraordinary Gentlemen. Por otra parte, Moore muestra más de lo que sugiere y para él ningún aspecto es tan blasfemo que deba ser ocultado de la vista del lector, siendo este punto el causante de las peores críticas recibidas por este librito y habiendo llegado a provocar su retirada de al menos una biblioteca. Aunque quizá precisamente por ello Neonomicon debiera suponer una cita ineludible para todo aquél ansioso por recibir una abundante ración cthuloidea.

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