El enterrador tenía razón
A pesar de no ser partidario de las etiquetas encuentro su uso indispensable para poder organizar en categorías abarcables ese todo ingente que es la música contemporánea. Pero demasiado a menudo resulta más sencillo abusar de dichas etiquetas que emplearlas con mesura, propiedad y, por qué no, con buen gusto. Éste es el caso del término "gótico", que de ser algo soterrado y
circunscrito casi en exclusiva al ámbito de las tribus urbanas ha pasado a ser un apelativo chic, susceptible de ser aplicado a la ligera a todo tipo de bandas - desde Marilyn Manson hasta Evanescence - mientras se ciñan a un determinado código estético y su sonido tenga una mínima pretensión oscura.
Resulta especialmente llamativa la apropiación que el metal y algunos de sus sucedáneos han hecho de lo gótico, como si la vía que conduce a la negrura pasara necesariamente por la contundencia de una guitarra distorsionada y afinada en re. Y muy al contrario, en la coyuntura actual los auténticos herederos del rock gótico primigenio son algunos de los grupos que han sido catalogados como pertenecientes a la nueva ola del post-punk.
Éste es el caso de The Soft Moon, proyecto personal del californiano Luis Vasquez que, a pesar de una semejanza superficial con bandas actuales como A Place to Bury Strangers tiene sus raíces en el sonido gestado en Leeds por Red Lorry Yellow Lorry o los propios The Sisters of Mercy en su primerísima etapa, capturada en el inmenso Some Girls Wander by Mistake. Percusiones con reverbs cavernarias, bajos saturados de flanger, electrónica gélida, guitarras afiladísimas y voces ininteligibles sientan las bases de una propuesta de tal inspiración ochentera que por momentos llega a parecer un ejercicio de estilo, al limite de rozar el pastiche o lo caricaturesco. Y sin embargo, ambos trabajos de The Soft Moon suenan estupendamente a pesar de que tanto el epónimo The Soft Moon como el más reciente Zeros siguen unas mismas líneas maestras, semejantes hasta tal punto que el proyecto de Luis Vasquez tendrá que afrontar algún tipo de evolución para que un futuro tercer álbum sea algo más que
una mera fotocopia de cuarta generación. Repleta de excelentes canciones, eso sí.
Resulta especialmente llamativa la apropiación que el metal y algunos de sus sucedáneos han hecho de lo gótico, como si la vía que conduce a la negrura pasara necesariamente por la contundencia de una guitarra distorsionada y afinada en re. Y muy al contrario, en la coyuntura actual los auténticos herederos del rock gótico primigenio son algunos de los grupos que han sido catalogados como pertenecientes a la nueva ola del post-punk.

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