¿En qué me he convertido?

He sido fan de Trent Reznor desde casi siempre y, aunque quizá no escuchara aquel Pretty Hate Machine en su momento, sí he seguido la carrera de este músico de Pennsylvania durante el tiempo suficiente para recordar la época en que Marilyn Manson era considerado casi unánimemente como unos Nine Inch Nails de segunda fila. En cierto sentido me gusta considerar a Reznor como una especie de mentor que ha desempeñado un papel insustituible en mi educación musical: Broken fue el disco con el que aprendí a disfrutar del ruido, no supe lo que era la auténtica complejidad musical hasta escuchar The Downward Spiral y, finalmente, tuve un atisbo del ocaso de los ídolos durante la interminable espera que precedió a la publicación de The Fragile.

Si bien he pasado de puntillas por la mayor parte de la producción reciente de Reznor - especialmente por el inabarcable Ghosts I-IV y las bandas sonoras compuestas al alimón con Atticus Ross - no por ello he dejado de seguirla y he prestado toda mi atención a How to Destroy Angels tan pronto como he descubierto su existencia. No se trata del último álbum de Nine Inch Nails sino de un nuevo proyecto de Reznor: un pseudogrupo formado por el ya mencionado lugarteniente y compinche Atticus Ross y Mariqueen Maandig, cantante de imposible nombre y esposa del propio Reznor.

La intención sonora tras How to Destroy Angels queda patente tras unos segundos de escucha de The Space In Between, primer tema de su EP epónimo. A nuestro encuentro salen esos sonidos industriales de toda la vida, más al estilo de Nine Inch Nails que nunca de no ser por la voz de Mariqueen, que por otra parte es idéntica a la de Reznor si no en timbre, sí en ejecución. Y a pesar de haber escuchado este disco lleno de prejuicios y esperando poca cosa ya lo considero como el mejor de los últimos trabajos de Reznor. Quizá se deba a la falta de perspectiva temporal o a la novedad que aporta una voz femenina pero me resulta difícil no situar canciones como Fur-lined y A Drowning a la altura de los viejos clásicos de Nine Inch Nails. Suena tan bien que estoy dispuesto a perdonar lo poco arriesgado de la propuesta e incluso me siento tentado a añadir alguna nueva camiseta a mi fondo de armario.

P.S. El EP How to Destroy Angels puede descargarse de manera gratuita aquí.

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