Segundo curso
Radiohead es uno de esos grupos cuya sola mención es capaz de evocar en mí un desinterés casi absoluto, habiendo olvidado hace demasiado tiempo lo mucho que su música llegó a apasionarme. A pesar de sus excelentes primeros tres álbumes – incluso cuatro, me gusta incluir aquí el EP My Iron Lung - la banda finalmente optó por dilapidar su capital popero y con Kid A su música pasó a ser algo difuso, perdido en un mar de experimentación en el que sólo de tarde en tarde descuellan atisbos melódicos. Es posible que la obra posterior de la banda ya no suene así pero no me atrevería a afirmarlo porque sólo le he dedicado la más somera de las escuchas.
Sin embargo el primer trabajo de Radiohead, Pablo Honey, ha sido demasiado a menudo injustamente tildado de insulso a pesar de ser un álbum más que decente, repleto de grandes temas que brillan con luz propia en lugar de limitarse a acompañar a Creep. Pero el gran momento de Radiohead llegó con The Bends, un album que roza la genialidad y que sin embargo ha tenido la desgracia de ser eclipsado casi por completo por su sucesor: OK Computer. Hace ya tiempo que el rodillo de la opinión mayoritaria se puso en movimiento y es frecuente escuchar acerca de OK Computer que es el mejor álbum de Radiohead, de los años noventa, del siglo XX, de la historia y hasta del britpop, si se tercia.
Aunque OK Computer es sin duda el gran álbum que casi todo el mundo ha querido ver en él, su ensalzamiento sistemático me produce un hartazgo similar al que siento cuando oigo elogios parecidamente desmedidos sobre Disintegration de The Cure, otro caso más de una banda con un álbum que proyecta una alargadísima sombra sobre el resto de su obra. Y no es que me importe demasiado que el gran himno que Radiohead haya dejado para la posteridad sea Karma Police y no High and Dry pero el relativo ninguneo sufrido regularmente por The Bends es descorazonador por su injusticia.
Sin embargo el primer trabajo de Radiohead, Pablo Honey, ha sido demasiado a menudo injustamente tildado de insulso a pesar de ser un álbum más que decente, repleto de grandes temas que brillan con luz propia en lugar de limitarse a acompañar a Creep. Pero el gran momento de Radiohead llegó con The Bends, un album que roza la genialidad y que sin embargo ha tenido la desgracia de ser eclipsado casi por completo por su sucesor: OK Computer. Hace ya tiempo que el rodillo de la opinión mayoritaria se puso en movimiento y es frecuente escuchar acerca de OK Computer que es el mejor álbum de Radiohead, de los años noventa, del siglo XX, de la historia y hasta del britpop, si se tercia.
Aunque OK Computer es sin duda el gran álbum que casi todo el mundo ha querido ver en él, su ensalzamiento sistemático me produce un hartazgo similar al que siento cuando oigo elogios parecidamente desmedidos sobre Disintegration de The Cure, otro caso más de una banda con un álbum que proyecta una alargadísima sombra sobre el resto de su obra. Y no es que me importe demasiado que el gran himno que Radiohead haya dejado para la posteridad sea Karma Police y no High and Dry pero el relativo ninguneo sufrido regularmente por The Bends es descorazonador por su injusticia.
Tienes toda la razón. The bends ha sido un album totalmente ninguneado por los fanaticos del discurso barato en cuanto a señalar "lo mejor" de cada banda. Canciones tan buenas como "Fake Plastic Trees" o "Bullet Proof I wish I was" son prueba de ello. Gracias por haberme traido a la memoria tan buen album.
ResponderEliminarPilar.