Jenny loves me

Cada vez que descubro o me descubren a un nuevo grupo musical que no me deja indiferente suelo dedicar al menos unos minutos a efectuar una pequeña investigación. Generalmente me gusta saber la nacionalidad del grupo e incluso su ciudad de procedencia, además de leer acerca de su trayectoria hasta el momento y verles las caras en alguna fotografía promocional: únicamente tiendo a pasar por alto los videoclips. Pero en no pocas ocasiones mis expectativas se ven ligeramente defraudadas porque la banda en cuestión ya se ha disuelto cuando llega ese momento de mi primer contacto. Por supuesto que ese hecho no le resta valor a la música que ya he escuchado (o me queda por escuchar) pero es desalentador saber que un grupo que me ha hecho vibrar es uno de tantos que nunca veré en directo o cuyos nuevos álbumes nunca aguardaré con impaciencia. Antes que de un grupo se trata de una especie de bello cadáver con aroma exquisito, un estandarte harapiento más.

The OrganAlgo parecido es lo que me ocurrió con las canadienses The Organ hace algunos meses. Tras haber sido remitido a ellas con un vago "te van a gustar" me encontré con que no sólo me gustaban sino que más bien me apasionaban. Así que mi chasco fue tremendo al saber que Grab your Gun había sido a un tiempo su primer y último álbum. No se me ocurre una manera mejor de describir el sonido de este disco que calificarlo de muy influenciado por los mejores The Smiths, con el añadido del órgano que da nombre al grupo (generalmente sazonándolo todo con bastante acierto aunque en ocasiones revista los temas con tonalidades casi sacras). La voz de la andrógina Katie Sketch es francamente espectacular, si bien demasiado similar en timbre y ejecución a la de Sonya Aurora Madan y, por extensión, a la del sempiterno Steven Morrissey. Pero el rasgo que mejor define el sonido de The Organ son las guitarras de Debora Cohen, por momentos comparables a lo mejor que haya salido de las manos de Johnny Marr aunque más limitadas estilísticamente y constreñidas por algún que otro tic, como los staccatos con los que finaliza buena parte de sus fraseos.

Grab your Gun fue publicado hace ya cinco años pero se ha convertido en mi hallazgo definitivo para este 2009. Es una pena que la música de The Organ no vaya a ser más conocida de lo que ya es, pero al mismo tiempo me enorgullezco de que canciones como Love, Love, Love hayan pasado a formar parte de mi colección de pequeños tesoros.

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