Mis pretenciosas lágrimas

Durante estos últimos años se ha hablado mucho de los cambios experimentados por la industria de la música, con algunas voces apuntando a la inminente desaparición de los álbumes tal y como los conocemos. Ian Astbury, cantante de los venerables y algo seniles The Cult, ha llegado a afirmar que su banda no volverá a grabar álbumes sino que se limitará a publicar canciones sueltas cuando crea tener alguna que merezca la pena. La palabra single ni siquiera salió a relucir en aquella entrevista: Astbury sólo habló de canciones y es que si el formato de álbum está moribundo los sencillos yacen enterrados desde hace bastante tiempo.

Menciono esto porque aún no me apetece enfrentarme mano a mano con Humbug, el último trabajo de Arctic Monkeys. No le he dedicado el tiempo suficiente como para tener una opinión plenamente formada y relevante sobre el mismo y como a primera escucha no se parece a sus álbumes anteriores no puedo limitarme a extrapolar. Así que de momento me conformaré con una escaramuza inicial con el primer single extraído de Humbug, titulado Crying Lightning. ¿Quién dijo que estos pequeños discos habían muerto?

Crying lightningMás que un mero disco de siete pulgadas Crying Lightning es toda una declaración de intenciones que viene a decir algo así como "hemos madurado". La cara A es probablemente lo más oscuro que la banda de Sheffield ha publicado hasta la fecha y un ejercicio de tetricismo hasta el punto de utilizar tritonos en varias ocasiones (¡diabolus in musica!). En cuanto a la cara B, no es menos revelador que Arctic Monkeys nos ofrezcan Red Right Hand, una poco memorable pero atrevida versión del clásico de Nick Cave and the Bad Seeds, influencia de indudable pedigrí adulto. Pero lo cierto es que he disfrutado bastante con este pequeño disco, lo que me causa no poca incomodidad. Casi hubiera preferido seguir desdeñando a esta banda como un grupo de niñatos ensalzados por el hype y con poca cosa que ofrecer. Pero es posible que de verdad hayan crecido y tenga que buscar otros objetivos a los que denostar, y es que mis fobias me definen tanto como mis filias.

Comentarios