De colores se visten los campos...

El color surgido del espacio fue uno de los primeros relatos de H.P. Lovecraft que leí, hace ya muchos años y en circunstancias tan especiales como a hurtadillas durante una clase de literatura. El relato venía incluido en uno de los libritos que el periódico El Sol regaló con su edición diaria durante su fugaz regreso de la tumba, a principios de los años noventa. Impresos en el peor papel que vieron los siglos, muchos clásicos llegaron a mí de esta guisa aunque recuerdo con especial cariño los dos o tres volúmenes dedicados a Lovecraft y que supusieron mi primer contacto con su obra, a la que ya llegaba algo resabiado gracias a mi experiencia rolera.

Recuerdos como estos hacen que no pueda enfrentarme a Die Farbe (ni a casi nada en estos días, según parece) sin sentir la inevitable punzada de la nostalgia. Y es que Die Farbe es nada menos que una adaptación de El color surgido del espacio, en cierto modo heredera de la tradición inaugurada hace unos años por The Call of Cthulhu. Nuevamente nos hallamos ante una película independiente filmada en blanco y negro - con las previsibles notas de color exigidas por el guión - pero en esta ocasión la cinta no es muda: rodada casi íntegramente en alemán, el inglés salpica su banda sonora tan sólo ocasionalmente. Sin embargo, entre  la amplia selección de subtítulos incluida en el DVD se cuenta un aceptable castellano que excusará cualquier posible falta de europeísmo por nuestra parte.

Die Farbe es una adaptación muy correcta, absolutamente fiel al espíritu del original aunque el argumento haya experimentado algunos cambios. El escenario se ha trasladado de Nueva Inglaterra a Alemania, el marco temporal es ligeramente más cercano a nuestros días y ciertos detalles son de la cosecha de los guionistas. Pero no hay notas discordantes y, mas allá de un metraje ligeramente excesivo y una dosis razonable de amateurismo, Die Farbe es una decente aproximación al horror cósmico antes que una simple película de terror "rarita". Es imprescindible para cualquier aficionado a Lovecraft, una buena película por derecho propio y mucho más que un mero tentempié previo a la inminente publicación de The Whisperer in Darkness.

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